Todo comenzó con una gran curiosidad por aprender de fotografía durante mi servicio social en la universidad.

Mi primer mentor me prestó una cámara digital profesional y me advirtió que la pila no duraba mucho, que debía buscar tomarla bien desde el principio porque habría varios eventos que cubrir y una sóla batería.

Tuve que aprender desde el principio a mover los valores de la cámara confiando en mi habilidad de leer la escena.

La fotografía me apasiona porque es una manera de preservar memorias y recuerdos, siempre recomiendo hacer una selección e imprimirla. De niño pasaba horas viendo fotos en álbumes y cajas en casa de mis padres y abuelos, la fotografía impresa tienen una magia que las carpetas digitales aún no logran sustituir.